El edificio de la Sociedad Obrera de Cella se convertirá en una oficina de turismo
El edificio de la Sociedad Obrera Agrícola albergará el nuevo centro de valorización turística y una sala de exposiciones. Parte del inmueble será derruido con el fin de ampliar la zona de las escaleras de la calle de San Pedro, de forma que se ampliará la plaza del Ayuntamiento.
Sin embargo, la fachada principal, que está justo enfrente de la casa consistorial, se restaurará sin modificarse de manera que el aspecto de la plaza Mayor no se vea alterado.
El edificio tiene actualmente unos 290 metros cuadrados en cada una de sus tres plantas. Se reducirán a unos 140 una vez derribada una parte del mismo. Donde sí quedará la extensión original será en el sótano. Constará de dos salas diáfanas de unos 100 metros cuadrados cada una.
El proyecto para rehabilitar todo el edificio se eleva a más de 500.000 euros. El proyecto fue redactado por el gabinete de arquitectura turolense Arquitaria.
Cubierta y carpintería
La actuación consistirá en el acondicionamiento de la cubierta, la demolición de la parte del edificio que da a las escaleras de acceso a la plaza Mayor desde la calle de San Pedro y la integración en el propio edificio. Precisamente, la zona del inmueble que peor conservada estaba es la que finalmente se derribará.
Las obras incluyen también la rehabilitación de las fachadas que dan a la plaza. Las carpinterías y la escalera interna del edificio también se rehabilitarán. La parte baja se convertirá en una oficina de turismo y en una sala de exposiciones. Además, quedará un espacio diáfano en el sótano y una primera planta con cuatro salas grandes que, de momento, quedarán diáfanas.
La utilización con fines públicos es una buena opción para la sede de la Sociedad Obrera Agrícola de Cella. Según comentó el alcalde, en el momento de la devolución a los propietarios hubo “cierta controversia” en el pueblo con respecto a los que formaban parte de esa agrupación.
Un edificio con mucha historia y arraigo entre los vecinos
Será una oficina de turismo para informar sobre la riqueza patrimonial de toda la zona. Fué construido por agricultores y obreros de Cella en las primeras décadas del siglo XX. El franquismo lo expropió y no fue devuelto a sus dueños –unos 140 socios hasta la década de los 80–. En los últimos años, según explica el alcalde de Cella, Joaquín Clemente, estuvo cerrado porque amenazaba ruina. Hasta entonces se empleó como Cámara Agraria, salón de reuniones y durante algunos años como bar.
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